La Prehistoria constituye el tiempo nómada por excelencia. Dicho factor permitió que todos los continentes fueran poblados ante el avance gradual del hombre primitivo en búsqueda de nuevos alimentos para su supervivencia o por alteraciones de fenómenos naturales (migración de las especies animales preferidas, extinción de las mismas, cambios geológicos y climáticos). Así, poblaciones de seres humanos se han adaptado a cambios climáticos como una glaciación y a territorios con pocos recursos como el desierto.
La diseminación humana se calcula comenzó hace unos dos millones seiscientos mil años desde África. Hace 1 800 000 años se encontraba en el Medio Oriente. Hace 1 millón de años, se encontraba en Asia y en Europa. Hace 50 000 años, llegó a América y hace unos 40 000 años, a Oceanía. Estos dos últimos continentes son los de más reciente población humana. Por lo tanto, el poblamiento del planeta se dio en un tiempo muy largo y de manera muy lenta. Por ejemplo, para que el ser humano pasara de África al Medio Oriente tardó 8000 años. Las formas de vivir, el desarrollo, la cultura y otros muchos detalles del ser humano prehistórico siguen llenos de misterios y son objeto de permanente estudio. Lo que se sabe de cómo vivió la humanidad prehistórica es en parte gracias a los pocos rastros arqueológicos dejados y a la observación del comportamiento de aquellos pueblos nómadas que han seguido fieles a esta milenaria forma de supervivencia.
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